He destrozado una cosa bella, y la vida se tiñe de gris sin que yo lo desee.
Las lágrimas literales y cristalinas son la encarnación de las mías anteriores.
Fui recogiendo cada lágrima, y fui paulatinamente comprendiendo y aceptando el hecho de que la belleza desapareciera de mi vida, tan irrepetible.
Cuando lo más bello no consigue autodestruíse, es el azar el que propicia esa destrucción.
Hola, me encantó esta entrada… :D a ver si le echas una miradita a mi blog: http://anthonyyl.blogspot.com/
RépondreSupprimerExitos!!!
y es que, cuando te acostumbras a las cosas bonitas siempre te las quitan sin que te des cuenta
RépondreSupprimer(no creo que sepas quién soy pero te seguía desde hace tiempo porque mirando blogs llegué al tuyo y me gustó mucho y, ahora que he retomado esto después de un año, estoy volviendo a reactivarme comentando y actualizando. me llamo Montse (: )