Delirio.

Imaginemos lo que nunca ocurrirá, qué agradable pasatiempo, orgasmos mentales, y ojos amarillos, infantiles, ellos preguntaban, siempre.., con ese matiz de curiosidad típico de un niño..
Preguntaba sobre qué le ofrecería yo.., pero yo nunca respondía del todo.., continuaba su juego.
La casa estaba sola, ellos nunca volverían,
mirábamos hacia esa autopista desierta, también soñábamos con cosas imposibles en aquel momento.., caminaríamos bajo un paraguas verde menta, había kilómetros y kilómetros, y tú y yo podíamos inventar lo que quisiéramos para rellenarlos, nada lo comprendía, pero no importa, estamos locos, y eso puede explicarlo todo.

Hay una escalera de caracol, las paredes son de cristal, el mar está cerca.., pero nunca tenemos frío., nieva afuera,
Tú ya no tienes miedo.

Dibujaré lo que quieras, podemos inventar historias de viajes místicos, en países desconocidos, en carreteras interminables, en medio de desiertos..

¿Es ésto el fin del mundo?
o todo es tan asquerosamente idéntico, ¿que sólo nos queda el sueño como única vía de escape?

Aquí acaba mi masturbación mental.
Ojalá pudiera continuar toda la vida.