"Tan sólo las piedras desiguales de las callejuelas lo entienden"
Pensó H. cuando traspasó la puerta coronada por el cartel de neón precario, la mugre se acumulaba en las esquinas y en los zócalos del suelo de aquel bar.
A H. le gustaba volver por allí para recordar aquel día, cuando logró que X. comprendiera que llorar no era tan malo.
Pero ahora contemplaba el vaso y añoraba tener a otra X. para comentarle que ya había perdido la esperanza, que ya no pensaba que la persona que le complementara se encontrara en aquella ciudad pequeña y grisácea.
Comenzó con ginebra, y continuó hasta ver luces, hasta que el alma se le saliera por la boca.., escribió en servilletas de papel.. Borde rojo / Borde azul.
Y acabó tirado como siempre, inspirado por las marcas que habían dejado al descubierto los fragmentos de pintura desconchada.
H. volverá a recorrer solo el paseo de las farolas sin tener ninguna X. que besar, pero bueno, consolémonos, en este gris y monstruoso cefalópodo no hay lugar para romanticismos desgastados.
Toutes les monstruosités violent les gestes atroces d'Hortense. Sa solitude est la mécanique érotique, sa lassitude, la dynamique amoureuse. Sous la surveillance d'une enfance, elle a été, à des époques nombreuses, l'ardente hygiène des races. Sa porte est ouverte à la misère. Là, la moralité des êtres actuels se décorpore en sa passion ou en son action. - O terrible frisson des amours novices sur le sol sanglant et par l'hydrogène clarteux ! trouvez Hortense.
RépondreSupprimerH
sólo hay huequecitos, que dejan las piedras desiguales.
RépondreSupprimerLo que te dije, 'Estou Além', muy 'Estou Além'.
RépondreSupprimerLlorar sí es malo...
RépondreSupprimerLlorar sí es malo...
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