lundi 14 décembre 2009

Sobre la rutina y sus caminos.

Te prometo que si miras al cielo mientras te conciencias dejarás de pasar frío, y tus músculos dejarán de agarrotarse en el vientre.
Prometí que hoy echarías humo.
Me gusta recordar cómo es pasear contigo por la ciudad anaranjada, ni frío ni calor, ni de día ni de noche, cruzar las carreteras desiertas y esperar una hora fatídica. Besos carentes de significado y con límite horario..

He vuelto a revisar la lista y he comprobado que nada ha cambiado desde hace mucho tiempo, mi mayor fantasía vuelve a ser la carretera desierta y los kilómetros color ocre. El lago azul y la vegetación negra nos esperan al final del camino.

El camino sigue pero no tengo muchas fuerzas, hoy sólo quería que te quedaras conmigo durmiendo en el arcén, es reconfortante saber que alguien te vigila mientras duermes.
Las luces del autopista se suceden en una serie infinita, y ese infinito, es demasiado increíble y demasiado tentador.
A contrareloj, te lo dejo a disposición y en polvo..


Hoy, ven tú a buscarme, si existes..

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