Entonces pensaba en flores de acuarela y en jardines con las hierbas amarillentas. La calle estaba sucia pero me gustaba haber podido descoserme las costuras de los ojos poco a poco, y haber liberado el mundo de calidades táctiles.
Los pájaros están ahogados y vuelan arrastrándose por las baldosas, la mariposa nocturna ha entrado anunciando algo, y ha ido perdiendo el polvo de las alas atrapada entre las cortinas.
Estoy sola en cierta medida, la tinta china está aguada.
Nada, calor, las cuatro de la mañana, nada.
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El colibrí desconoce que la aventura de los descosidos no es mirar hacia atrás, ni echar laurel al lastre.... el colibrí acelera su vuelo hacia el pasadofuturo.... ventana por dónde la jaula se vuelve pájaro. Las alas de cera, no son más que fronteras indivisibles e invisibles de aquellos sueños que se colgaron de las nubes. La angostura, es compota de desazón e ilusión.
RépondreSupprimerHacía tanto que no pasaba por aquí... Si es que tengo este mundillo abandonado. Y tu escribiendo bonito como siempre.
RépondreSupprimerUn beso
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