dimanche 13 mai 2012
Polvo de mariposa en las cortinas.
El otro día la noche olía a verano, y los cuerpos sudaban como condenados en un valle húmedo y bochornoso, los grillos cantaban haciendonos sentir la incidencia de los rayos sobre las cejas.
Entonces pensaba en flores de acuarela y en jardines con las hierbas amarillentas. La calle estaba sucia pero me gustaba haber podido descoserme las costuras de los ojos poco a poco, y haber liberado el mundo de calidades táctiles.
Los pájaros están ahogados y vuelan arrastrándose por las baldosas, la mariposa nocturna ha entrado anunciando algo, y ha ido perdiendo el polvo de las alas atrapada entre las cortinas.
Estoy sola en cierta medida, la tinta china está aguada.
Nada, calor, las cuatro de la mañana, nada.
Entonces pensaba en flores de acuarela y en jardines con las hierbas amarillentas. La calle estaba sucia pero me gustaba haber podido descoserme las costuras de los ojos poco a poco, y haber liberado el mundo de calidades táctiles.
Los pájaros están ahogados y vuelan arrastrándose por las baldosas, la mariposa nocturna ha entrado anunciando algo, y ha ido perdiendo el polvo de las alas atrapada entre las cortinas.
Estoy sola en cierta medida, la tinta china está aguada.
Nada, calor, las cuatro de la mañana, nada.
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