Ratas.

Las ratas están alimentándose ya de mi carne, a un paso de absorver ese odioso olor a verdura y quedar congelada eternamente.
Ayúdame a escaparme, ayúdame a escaparme.
Me falta un pedazo de rodilla.

Pistacho.

En aquel episodio podía contemplarme como suelo hacerlo en mis peores pensamientos, como una mole fláccida y torpe, pasaba una de las piernas por encima de la alambrada, mientras el resto de mis compañeros esperaban su turno detrás de mí.
Fue un momento fatídico y eterno (aeternus) hasta que se dejó al descubierto el pistacho enterrado entre toneladas de carne y las risas maléficas al fondo del escenario.

Estepario.

Las catarsis nos han llevado a confundir la yerma tierra con agujeros azules sobre la superficie, el aprendizaje, el tiempo, las circunstancias.. ¿yo? me han mecho descucbrir que todos nosotros fuimos creados en un inicio para sentirnos perdidos, hambrientos y desarraigados en un extenso desierto en el que jamás podremos mojarnos.
Al fin y al cabo, siempre podremos absorver el aroma de la araucaria y el toque a trementina del orden odiado y deseado, ahora nada,

Espero que no sea el final.